El norte argentino tiene en la zamba el romance, un baile que entroniza a las personas llevàndolas hacia alturas en el que sòlo el vuelo de los pàjaros te pueden acompañar.
Cuando era niño mis padres solìan bailarla en esas reuniones familiares a puro sentimiento y siempre me pareciò que en cierto momento no les importaba si les miraban ò no, ya que ellos trascendìan hacia lugares mas lejanos de los que nuestros ojos podìan ver.
Hay zambas que me conmueven y me llenan los recuerdos de humedad y silencio, los vellos se erizan y tengo esa rara mezcla de emociòn, triste y alegre a la vez. Tal situaciòn no es trasponible y lo sè, pero casi me arriesgarìa a afirmar que quien escuche a Julio Paz del Duo Coplanacu cantando la zamba Perfume de Carnaval, tiene necesariamente que contemplar imàgenes de una pareja bailando enamorada a la luz de una luna còmplice y callada...
Creo que son los perfumes del alma los que flotan alrededor nuestro al escucharla y sino prueben...